En el vídeo del Museo del
Prado que os proponemos en esta ocasión se detalla el estudio técnico y la
reparación de la copia de la Gioconda que se encuentra en el Prado.
La grabación está
dividida en dos partes, en la primera la investigadora del Gabinete de
Documentación Técnica del Museo Ana González,
hace un estudio técnico señalando tanto las coincidencias como las
diferencias con el original del Louvre.
Ambas pinturas, nos dice, coinciden en muchos aspectos aunque fue
distinto el artista que las hizo.Las
razones para afirmarlo las va detallando durante su exposición y son
entre otras, que ambas hechas con los mismos y caros materiales, coinciden en
las correcciones y en los dibujos a mano alzada, etc.. Sin embargo la copia
evidencia una menor maestría en el uso del sfumato –es un dibujo más lineal-
entre otras importantes diferencias
Ana González, investigadora
En la segunda mitad, gracias a la exitosa restauración de Almudena Sánchez, restauradora del Prado, ahora se puede contemplar el paisaje de fondo, muy parecido al original y que durante mucho tiempo -unos doscientos cincuenta años- estuvo oscurecido por razones que se desconocen. Afortunadamente, dice, el cuadro se ha conservado muy bien y ha tenido muy pocas pérdidas gracias entre otras cosas a que los materiales utilizados eran de primera calidad.
Almudena Sánchez, restauradora
En el segundo vídeo la obra
es comentada por Miguel Falomir, actual director del Prado y en donde viene a insistir
en lo ya anotado pero además, señala al alumno de Leonardo, Francesco Melzi, como su posible autor,
concluyendo que aunque la copia del Prado no es una obra maestra sí que es muy
importante para conocer las prácticas pictóricas del taller de da Vinci.
Miguel Falomir,director del Prado
Gioconda. Louvre Gioconda. Prado
Podríamos preguntarnos ¿por
qué, siendo tan parecidas una es una obra maestra y la otra sólo una buena
copia? . Para contestar esta pregunta acudamos al famoso historiador de arte E.H. Gombrich quien en su conocida Historia del Arte señala que lo
asombroso de esta obra, que parece vivir, se basa en el famoso invento de
Leonardo, el sfumato, que consiste en
dejar borrosos los contornos y suavizar los colores de forma que se puedan
fundir las sombras y dejar siempre algo a la imaginación del espectador.
Genialmente Leonardo centró su atención en las partes más importantes del retrato: las comisuras de los labios y las puntas de los ojos, que son precisamente lo que el artista dejó más inciertas. Por eso el espectador, en el original, nunca sabe cómo lo mira realmente la Mona Lisa, no sucediendo igual en la copia que, aunque de mucha calidad, su dibujo es más lineal.
Genialmente Leonardo centró su atención en las partes más importantes del retrato: las comisuras de los labios y las puntas de los ojos, que son precisamente lo que el artista dejó más inciertas. Por eso el espectador, en el original, nunca sabe cómo lo mira realmente la Mona Lisa, no sucediendo igual en la copia que, aunque de mucha calidad, su dibujo es más lineal.
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Para acceder al vídeo sobre el comentario de Miguel Falomir pinche aquí
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Antonio Guerrero
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