Dadas
las circunstancias de confinamiento en las que nos encontramos nos es imposible
ofrecer visitas a museos o exposiciones de arte pero afortunadamente sí que
podemos realizarlas virtualmente. De esa forma os ofrecemos la posibilidad de
visitar la formidable exposición del
Museo Thyssen de Madrid que sólo permanecerá, si no la prorrogan, hasta el 24 de mayo. Nos referimos a Rembrandt y el retrato en Ámsterdam 1.590 – 1.670. A continuación os
transcribimos algunas líneas del famoso historiador del arte E.H.Gombrich sobre
el retrato en Rembrandt así como varios de los muchos y elogiosos comentarios que ha
merecido la exposición.
En los retratos de Rembrandt nos sentimos frente a
verdaderos seres humanos, con todas sus trágicas flaquezas y todos sus
sufrimiento…Como Shakespeare, se diría que fue capaz de introducirse bajo la
piel de todos los tipos de hombres, y de saber cómo se habrían conducido en una
situación determinada…Los que están acostumbrados a los hermosos personajes del
arte italiano se horrorizan cuando ven por vez primera los cuadros de
Rembrandt, porque éste no parece haberse preocupado en absoluto de la belleza
ni tan sólo haber huido de la fealdad sin ambages. Como Caravaggio, estimó la
verdad y la sinceridad por encima de la belleza y la armonía. (Hª del Arte.
E.H.Gombrich.)
La genialidad de aquellos que desarrollan el género
del retrato reside, ante todo, en su capacidad de dotar de alma a un
rostro. Algunos pintores del Siglo de Oro holandés se acercaron a este
propósito, pero quien lo logró con creces fue Rembrandt, que brilló por su
excelencia en la pintura, el dibujo y el grabado. Al mismo tiempo, se exponen
numerosos retratos de artistas contemporáneos a Rembrandt y que también
desarrollaron sus obras en la capital holandesa. De esta manera, se pueden
establecer paralelismos y divergencias entre sus cuadros y los de pintores
como Dirck Santvoort, Govert Flinck, Frans Hals (residía en Haarlem
pero tenía clientes en la capital), Bartholomeus van der Helst o Ferdinand
Bol, entre otros. (Descubrir el
arte.es)
Desde sus inicios en Ámsterdam a principios de la
década de 1630, Rembrandt dio a sus modelos una libertad de movimiento poco
usual. Como Frans Hals en Haarlem, Rembrandt abrió en Ámsterdam nuevos
caminos, inmortalizando a sus clientes en poses dinámicas que sugerían
interacción con el espectador e incorporando al género del retrato aspectos
que había desarrollado ya en sus escenas mitológicas, religiosas o de historia,
como las cualidades narrativas, el uso del claroscuro o la representación de
las emociones humanas. A lo largo de los años se fue centrando cada vez
más en los rasgos esenciales de sus modelos, en especial en los rostros.
Sus pinceladas enérgicas y, especialmente en su última época, cargadas de
materia pictórica han llevado a especular sobre los objetivos artísticos del
pintor, que parecía estar más interesado en la representación de caracteres
que en el parecido físico del retratado. En esta misteriosa cualidad radica
el secreto de la atracción que ejercen hoy en día sus retratos, incluso 350
años más tarde, sobre el público que los observa.(Revista de arte.com)
Antonio Guerrero
Visitas a museos